Galicia austria
La casa está situada en una parcela de 2.000m2 que presenta una fuerte pendiente. El solar está delimitado por la carretera de acceso en los lados Este, Norte y Noroeste, y por un acantilado en el borde Oeste, un balcón natural con grandes vistas sobre la costa de A Coruña.
La forma del edificio que evoluciona a partir de estos condicionantes consiste en una composición de bloques cúbicos y muros oblicuos siguiendo diferentes ángulos que configuran los espacios interiores. La casa se cierra en la fachada de acceso, mientras que se abre ampliamente a las vistas en el lado opuesto.
La solución interior sigue una distribución espacial funcional, coincidente con las intersecciones de los bloques, a lo largo de 3 plantas. Los distintos niveles están conectados por una serie de tramos de escaleras, situados en una parte fija del edificio y que terminan en un hermoso pasillo acristalado que conecta con el nivel superior.
El principal reto de diseño del proyecto es la pendiente del terreno, que se supera mediante la inserción de un nivel de sótano abierto a las vistas del oeste, que contiene dos dormitorios con sus propios cuartos de baño y armarios, un gimnasio y el aparcamiento. El nivel inferior se abre de par en par a las vistas a través de una terraza y solarium libres de cualquier tipo de elemento arquitectónico que pudiera interferir con las vistas.
Galicia
1964. El modernismo en la arquitectura empezaba a ser criticado por los arquitectos más jóvenes. Sin embargo, la creencia en la modernidad seguía viva. El arquitecto Bernard Rudofsky preparaba una exposición en el MoMA de Nueva York. Architecture without Architects cambió la percepción de la arquitectura “vernácula”, o al menos llamó la atención sobre ella. “La historia de la arquitectura, tal y como se escribe y se enseña en el mundo occidental, nunca se ha ocupado más que de unas pocas culturas selectas”. Estas culturas eran, por supuesto, las europeas, y también, las que dieron origen a Europa, es decir, las del Próximo y Medio Oriente.
“Hay mucho que aprender de la arquitectura antes de que se convirtiera en un arte de expertos. Los constructores inexpertos en el espacio y el tiempo demuestran un talento admirable para encajar sus edificios en el entorno natural. En lugar de intentar “conquistar la naturaleza”, como hacemos nosotros, acogen con agrado los caprichos de los agentes climáticos y el desafío de la topografía”.
Esta afirmación del arquitecto checo nos remite inmediatamente a los Castros gallegos, cuyo proyecto de conservación y musealización desarrolla AGi architects en la zona de Pontevedra, en Galicia. Estos poblados fortificados de la Edad de Hierro estaban adaptados al paisaje y a sus condiciones climáticas y geográficas. Sus formas nos recuerdan muchas de las imágenes que Rudofsky presentó en la exposición.
Reino suevo
El Reino de Galicia (gallego: Reino de Galicia, o Galiza; español: Reino de Galicia; portugués: Reino da Galiza; Latín: Galliciense Regnum) fue una entidad política situada en el suroeste de Europa, que en su cenit territorial ocupó todo el noroeste de la Península Ibérica. Fue fundado por el rey suevo Hermerico en 409, con capital en Braga[2], y fue el primer reino que adoptó oficialmente el catolicismo. En 449, acuñó su propia moneda. En 585, pasó a formar parte del reino visigodo. En el siglo VIII, Galicia pasó a formar parte del recién fundado Reino cristiano de Asturias, que más tarde se convertiría en el Reino de León, al tiempo que alcanzaba ocasionalmente la independencia bajo la autoridad de sus propios reyes[3] Compostela se convirtió en la capital de Galicia en el siglo XI, mientras que la independencia de Portugal (1128) determinó su límite meridional. El acceso del rey castellano Fernando III al reino leonés en 1230 puso a Galicia bajo el control de la Corona de Castilla.
Gallego portugués
La casa, construida a mediados del siglo XIX, fue utilizada antiguamente por el cura de la iglesia situada junto a la casa. Originalmente, la planta baja se utilizaba para albergar a los animales y la planta superior estaba dividida en varias habitaciones, la mayoría de ellas sin luz natural ni ventilación.
La casa renovada se organiza en torno a una serie de vacíos que proporcionan conexiones visuales y espaciales, estableciendo una relación inesperada entre las habitaciones. La planta baja se ha convertido en un espacio de reunión, biblioteca, galería y bodega, con acceso al jardín exterior. La primera planta alberga los dormitorios de invitados, así como un gran espacio de reunión para comer, trabajar o relajarse. La planta superior alberga un gran dormitorio privado y una terraza con vistas al río.
