Islas Cíes
Como tantas cosas en la vida, hay lugares que marcan. Lugares de ensueño que una vez que los descubrimos se quedan grabados en nuestras retinas. De todos los paisajes que tenemos en España, hay una comunidad que nos sorprende con algo nuevo cada vez que la visitamos. Y es Galicia. Su diversidad de playas, con algunas salvajes, perfectas para hacer surf, otras vírgenes e idílicas para tumbarse y tomar el sol, hacen que nos entren ganas de coger la toalla y el bañador y descubrir sus rincones. Si en otro artículo os desvelábamos los 5 mejores spots de Galicia para hacer surf, hoy queremos ofreceros una guía de las playas más instagrameables. Aguas cristalinas bañadas por el Atlántico y el Cantábrico, arena blanca y fina, dunas doradas… Te avisamos, si vas a estas playas, carga antes el móvil.
Más que una playa, podríamos llamarla la “catedral del mar”. Cualquiera que haya estado allí estará de acuerdo en que esta maravilla situada en Lugo es una de las playas más bonitas de España. Sus aguas son de color esmeralda y su arena blanca. ¿Pero lo mejor? Los arcos de roca, fruto del paso del tiempo, el mar y el viento. Asegúrate de que la marea esté baja cuando vayas, así podrás caminar entre estos arcos. Quizá no lo sabías, pero si vas en verano o Semana Santa tienes que reservar en la web antes de ir. Sin duda, uno de los lugares más espectaculares que se pueden fotografiar.
¿Tiene Galicia buenas playas?
Todo el litoral gallego está salpicado de las playas de arena más bellas y vírgenes, desde la espectacular Praia das Catedrais (Playa de Las Catedrales) en la Costa Lucence (votada por Trip Advisor como la mejor playa de España) hasta el magnífico arenal de La Playa Lanzada en las Rías Baixas.
¿Qué país tiene mejores playas, España o Portugal?
El veredicto. Decidir qué país tiene las mejores playas para usted depende de lo que esté buscando. Mientras que España goza de las cálidas aguas del Mediterráneo y de la relajada vida playera que las acompaña, Portugal se beneficia de las animadas aguas del Atlántico y de unos paisajes realmente épicos.
¿Merece la pena Galicia?
Es un gran lugar para aprender a amar el marisco
Al estar rodeada por el Océano Atlántico, Galicia tiene uno de los mejores mariscos de toda España. Esto significa que es una gran oportunidad para probar algunos platos nuevos y aprender a amar algunas de las criaturas marinas más oscuras que puede que no haya probado antes.
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Galicia es muy diferente del resto de España, y lo mismo puede decirse del norte de Portugal, que también es muy diferente de Galicia. Dado que Oporto está a sólo una hora de la frontera gallega, es posible visitar gran parte del norte de Portugal incluso en una excursión de un día. Se puede comer algo, hacer un viaje agradable y visitar lugares de interés.
Oporto está magníficamente situada frente al océano Atlántico y con vistas al río Duero. Es una de las ciudades más antiguas de Europa y su casco antiguo nació y se desarrolló en la ribera norte del río durante la Edad Media: Ribeira do Porto. El patrimonio arquitectónico de Oporto es renombrado y su centro histórico es patrimonio mundial de la UNESCO. Oporto es un centro cultural, una ciudad creativa y contemporánea llena de museos, monumentos, restaurantes, bares y prósperas zonas comerciales. Merece la pena visitar la Casa de la Música, el Teatro Nacional, el Palacio de la Bolsa, el Puente de D. Luis y la torre medieval de la Catedral. También es famosa en todo el mundo por sus vinos de Oporto y se recomienda encarecidamente una visita a una de las bodegas, muchas de las cuales están agrupadas cerca del río Duero por razones de transporte.
Las mejores playas de Galicia
Tomando lo mejor de todos los Caminos de Santiago, hay uno especialmente singular por lo poco conocido y lo espectacular de su recorrido: es el camino portugués por la costa. Ofrece la posibilidad de seguir este camino milenario de una forma muy diferente a la habitual. Playas, acantilados, paseos en barco y bosques esperan al viajero.
El Camino Portugués es una de las rutas de peregrinación más populares, siempre por detrás del emblemático Camino Francés, pero como cada viajero inicia su camino desde diversos lugares, ofrece una alternativa que ya utilizaban los peregrinos portugueses que partían de Oporto o los que llegaban en barco a la costa portuguesa.
Todos los caminos son una experiencia única, pero éste tiene la particularidad de discurrir junto al mar durante buena parte del recorrido, caminando por playas de arena blanca, monasterios, promontorios rocosos y vistas que reconfortan el ánimo más cansado. También ofrece la posibilidad de visitar la provincia de Pontevedra, que recorre 140 kilómetros a través de 15 municipios, y las Rías Baixas, una de las zonas de mayor belleza paisajística de Galicia y España.
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El escarpado noroeste de la península Ibérica lleva dividido desde 1139, cuando el rey Afonso Henriques rompió con sus parientes españoles para crear Portugal. Ocho siglos después, los habitantes de la región española de Galicia siguen teniendo mucho en común con sus vecinos del norte de Portugal. Comparten una tierra de valles verdes, tierras altas rocosas y olas atlánticas. Tienen en común la herencia celta, multitud de ciudades medievales, ricas tradiciones populares y el amor por el marisco fresco regado con vino blanco. De hecho, Galicia y el norte de Portugal nunca han parecido tan unidos. Los controles fronterizos hace tiempo que desaparecieron, las autopistas transfronterizas unen ciudades y el aeropuerto internacional de Oporto (en la foto de arriba) sirve de centro neurálgico para toda la región. Ir de vacaciones aquí significa disfrutar de unas vacaciones en dos países al borde de Europa.
Las playas comienzan en los suburbios occidentales de Oporto. Hacia el norte, la Costa Verde portuguesa es una sucesión de amplias playas rodeadas de colinas cubiertas de viñedos. En el lado español, la costa de las Rías Baixas cuenta con más de 700 playas de arena en estrechos promontorios que se adentran en el océano. Las playas de las islas Cíes (en la foto de arriba), de arena fina como el talco y aguas turquesas, fueron elegidas las más bellas del mundo por el periódico británico The Guardian. La salvaje Costa da Morte tiene una sombría historia de naufragios, pero incluye espectaculares extensiones de arena virgen, como los 8 kilómetros de Praia de Carnota. La Playa de as Catedrais (Playa de las Catedrales), en la costa norte de Galicia, debe su nombre a los arcos de piedra que se elevan sobre la arena durante la marea baja como una nave gótica.
